De la cúrcuma al aloe vera, estos son los ingredientes que puedes añadir a tu dieta y a tu rutina de cuidado facial para estar más radiante que nunca
Puede que pienses que tu rutina de cuidado facial empieza con el tipo de limpiador que usas, pero los expertos en nutrición van más allá y nos cuentan que la clave está, antes que nada, en lo que comemos. “Los alimentos que ingieres se convierten literalmente en tu piel”, afirma Afya Ibomu, experta en nutrición holística. No es de extrañar, pues, que cada vez más se utilicen ingredientes de todo tipo como productos de belleza, en especial los llamados superalimentos.
Por si fuera poco, el confinamiento ha creado en la gran mayoría de nosotros la necesidad y las ganas de hacer cosas al más puro estilo tradicional y se ha visto un claro aumento en el número de personas que se aplican determinados superalimentos directamente en la piel (quién puede olvidarse de Kendall Jenner y su mascarilla de aguacate en plena cuarentena) hasta el punto que algunos informes de la consultora CB Insights hablan ya del uso de alimentos como un eje fundamental en la industria cosmética en 2020. Se trata, en definitiva, de un cambio estructural en la industria que pretende, mano a mano con un lavado de imagen, vender productos más naturales. Otro estudio, esta vez de la consultora Ecovia Intelligence, subraya precisamente la búsqueda de lo natural por parte de las empresas cosméticas, en un contexto donde a nadie sorprende ya ver productos de belleza veganos, orgánicos o sin gluten, hasta hace nada más típicos de la industria alimentaria.
Hemos consultado con expertos en superalimentos para que nos cuenten qué es lo que no puede faltar en nuestra lista de la compra, sea para comer o para tener la piel perfecta de cara al verano.
1. Aloe vera
Después de alertarnos contra el azúcar blanco para evitar la inflamación que, entre otros, puede provocar acné, rosácea, eccema o incluso psoriasis, y pedirnos que evitemos los alimentos ultraprocesados porque resecan la piel, la primera recomendación que nos hace Ibomu es el aloe vera, famoso por contener antioxidantes, encimas, vitaminas A, B, C y E, ácido fólico y ser un buen antiinflamatorio. “La clave está en extraer el gel que contienen las hojas del aloe, que puede beberse sin ningún tipo de problema”, nos cuenta. “Yo mezclo una parte de ese jugo con dos partes de agua de coco. Hidrata muchísimo y deja la piel con un brillo espectacular”.

Además de beber zumo de aloe, que se encuentra disponible en la gran mayoría de supermercados orgánicos, Ibomu nos recuerda también las propiedades tópicas de la planta y el uso que se ha hecho de ellas en la industria cosmética. “Yo uso el aloe de una manera u otra prácticamente todos los días, porque puede utilizarse tanto externa como internamente”, explica la nutricionista. “Su alto contenido en sodio y potasio hidrata muchísimo la piel, los órganos y las células”. Además, el aloe puede aplicarse directamente en la piel, y de hecho en el mercado hay multitud de productos que contienen aloe en su composición.
2. Fruta
Marisa Moore, nutricionista y dietista, se suma al impacto que puede tener lo que comemos y bebemos en nuestra salud y nuestra apariencia, ya que no hay que olvidar que “la piel es el órgano más grande que tenemos”. Si bien la nutricionista es consciente de que para los problemas más graves en la piel lo fundamental es ir al dermatólogo, dormir bien y controlar los niveles de estrés, Moore no duda en afirmar que mantener unos niveles de hidratación adecuados y llevar una dieta sana con fruta y verdura le aporta a la piel ciertos compuestos que la nutren y la protegen.
Dentro de esta recomendación, la nutricionista nos habla de aquellas frutas que tienen un efecto particularmente positivo en la piel. “Mucha gente se sorprende al enterarse de que, para el cuidado de la piel, muchos de los alimentos que consumimos en el día a día pueden ser superalimentos”, nos cuenta. “Las naranjas y demás cítricos son una fuente perfecta de hidratación y vitamina C. Parece una tontería pero no lo es, porque la vitamina C es esencial para el crecimiento y la manutención de la piel”. Las frutas del bosque son también un alimento muy beneficioso para la piel, ya que le aportan antioxidantes y una gran cantidad de vitamina C.
3. Musgo marino
El musgo marino lleva usándose generaciones y generaciones en lugares tan separados físicamente como Irlanda, África o Jamaica, nos cuenta Ibomu. Además, “el musgo marino le ayuda a nuestro organismo a crear células nuevas, sangre y tejidos. A partir del musgo, una vez se limpia y se trata para convertirse en gel, pueden hacerse tés, zumos o smoothies, y a nivel tópico puede utilizarse como mascarilla facial para tratar las cicatrices del acné o la despigmentación”. Por si fuera poco, el musgo marino es una de las pocas fuentes veganas de EPA, un ácido graso que ayuda a controlar las pieles grasas, reducir las marcas prematuras de la edad y el acné. “El musgo marino contiene vitaminas y minerales como el hierro, el magnesio, el fósforo, el zinc, vitamina A, vitamina K y ácidos grasos omega-3 que ayudan a hidratar la piel y aseguran el correcto funcionamiento de las células de la piel”, explica la nutricionista. Es un producto, además, que puede encontrarse fácilmente en cualquier herboristería o supermercado orgánico en forma de cápsula.

4. Moringa
La moringa es rica en vitaminas y proteínas. Además, al tener “siete veces más vitamina C que la naranja, la moringa ayuda a neutralizar los radicales libres, que son los causantes de las arrugas, el envejecimiento prematuro y la piel flácida”, continúa Ibomu. “La proteína de la moringa protege a las células de la piel de las amenazas externas”. De hecho, un estudio desarrollado en 2014 puso de manifiesto que el extracto de moringa, aplicado de forma tópica, es “capaz de revitalizar la piel y reducir los signos de la edad”.
Llamada “el árbol de la vida”, la moringa es originaria de la India, aunque se planta también en otras partes de Asia, África y Sudamérica. Según Ibomu, puede comprarse en polvo en la mayoría de herboristerías para añadirse a smoothies, por ejemplo, o incluso puede comerse por sí sola, como si fueran espinacas. Muchos productos que tenemos en casa, sobre todo los cosméticos antienvejecimiento, tienen moringa en su composición, aunque no nos hayamos dado cuenta hasta ahora. Buena prueba de ello es la crema Revitalizing Supreme+, de Estée Lauder.
5. Cúrcuma
Antioxidante natural, un estudio publicado en 2001 descubrió que la cúrcuma, al favorecer la producción de colágeno, tiene un papel muy activo en la regeneración de la piel. Posteriormente, otras investigaciones han dado cuenta de las propiedades de la cúrcuma en el control de los daños causados por la exposición excesiva a rayos ultravioleta en la piel.
Los beneficios de la cúrcuma para la piel y para la salud en general justifican por sí mismos que la incluyamos en nuestra dieta, sea en curris, en cafés con cúrcuma o en dulces de todo tipo. La maquilladora neoyorkina Remi Odunsi no duda en recomendar también las mascarillas faciales con base de cúrcuma. “Para un buen maquillaje el cuidado de la piel es importantísimo, y a todo el mundo le gusta tener una piel sana y brillante. Además, como mujer negra, la cúrcuma es muy buena en casos de hiperpigmentación”, afirma. “La cúrcuma se puede mezclar con muchos otros ingredientes para hacer una mascarilla perfecta. Y si la mezclas con azúcar y miel puedes tener listo un exfoliante natural en segundos”.
6. Té verde
Según Moore, los estudios más recientes que se han llevado a cabo señalan que los polifenoles del té verde ayudan a controlar las pieles grasas, lo que podría prevenir casos de acné. El té verde es ya uno de los ingredientes estrella de Superfood, por ejemplo, el limpiador facial de Youth to the People. Vistos sus efectos, ¿por qué no dar un paso más y beberlo? Según un informe publicado en 2017, la EGCG del té verde tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas que han dado resultados excelentes en el tratamiento del acné y las pieles grasa.
FUENTE: VOGUE